miércoles, 6 de agosto de 2014

Narcotrafico

                            HISTORIA DEL NARCOTRÁFICO EN HONDURAS


La conformación de grupos delictivos organizados comenzó hace muchos años atrás con el tráfico de influencias políticas para el enriquecimiento ilícito, con la fabricación de aguardientes clandestinos, con la defraudación fiscal, con el robo de bienes sagrados de la Iglesia Católica y el saqueo de las zonas arqueológicas, con el tráfico de pasaportes, con el soborno a funcionarios públicos de niveles alto medio, robo a bancos así como a vehículos terrestres y aéreos, falsificación de monedas y documentos públicos, tráfico de cédulas de identidad, de armas, explosivos y materiales relacionados, así como de inmigrantes, niños y trata de blancas (prostitución). También se trafica con animales en peligro de extinción y plantas exóticas para venderlos nacionalmente y en el exterior.




El narcotráfico, de naturaleza transnacional y una de las manifestaciones más sofisticadas del crimen organizado, comenzó a tener notoriedad en Honduras en la década de 1970, al ser un país de tránsito de la cocaína producida en América del Sur y cuyo destino principal era Estados Unidos de América. Desde sus inicios contó con la complicidad de miembros oficiales superiores de las Fuerzas Armadas, entidad que gobernaba el país desde 1963.



La mayoría de la población ignoraba la existencia del narcotráfico, hasta que el 3 de diciembre de 1977 fueron secuestrados luego asesinados Mario y Mary Ferrari, quienes estaban vinculados al tráfico de cocaína, armas y esmeraldas con Juan Ramón Mata Ballesteros, capo de origen hondureño residente en Colombia. Este hecho tuvo gran publicidad y trajo a la palestra pública que los traficantes de drogas situados en Colombia tenían eslabones en Honduras y que miembros de las Fuerzas Armadas, a nivel de máxima jerarquía y organismos de inteligencia, eran sobornados y utilizados por el hasta ese tiempo desconocido, Mata Ballesteros.

Juan Ramón Matta no fue un narcotraficante cualquiera. No solo fue propietario de una compañía aérea que trabajaba con el gobierno de Estados Unidos. También fue el hombre que puso en contacto al Cartel de Medellín con el Cartel de Guadalajara. En otras palabras, conectó a Miguel Arellano Félix con Pablo Escobar Gaviria. Se trató de una pieza clave en la creación del trampolín centroamericano de la cocaína. Todo ello lo hizo mientras colaboraba con el gobierno estadounidense en la lucha contrainsurgente. No estaba sólo en estos manejos. Como hoy sabemos, en México el Cartel de Guadalajara también organizó varios campos de entrenamiento para grupos contrainsurgente guatemaltecos5, mientras que en Colombia el narcotráfico ya era una pieza clave de la financiación y organización del grupo paramilitar Muerte a Secuestradores MAS6.



Este idilio entre narcotraficantes y las agencias de inteligencia estadounidense sufrió un serio revés en el año 1985. El 9 de febrero de aquel año fue asesinado en Guadalajara (México) el agente de la Agencia antidroga estadounidense DEA Enrique Camarena. El asesinato de un agente de esta institución era un hecho sin precedentes. El que fuese secuestrado públicamente por agentes de policía mejicana para posteriormente aparecer torturado y asesinado de la manera más brutal produjo un gran escándalo dentro del gobierno de Estados Unidos. Con el tiempo se fue rebelando que la posible causa de este asesinato sería que Camarena había descubierto los campos de entrenamiento para la contra nicaragüense que la CIA había montado en propiedades del Cartel de Guadalajara en México7. Varios ex agentes de la CIA y de la DEA cercanos al caso han implicado directamente en la tortura y asesinato de Camarena a la CIA. También han señalado que su muerte se debió al interés de ocultar los nexos entre el narcotráfico, el gobierno estadounidense y la lucha contrainsurgente8.

Era la época de los grandes narcos y Juan Ramón Matta era un hombre muy popular en Honduras. Se había ofrecido a pagar la deuda externa de la nación y en su mansión en Tegucigalpa repartía favores para ricos y pobres. Pero su felicidad no iba a durar mucho tiempo. Cuando se empezó a conocer en Estados Unidos las actividades de tráfico de armas de la CIA y su implicación en el narcotráfico todo cambió. Las revelaciones del Irangate9 en 1986 en Estados Unidos iban a provocar su caída. Esta se produjo mediante su secuestro en 1988 por agentes estadounidense en Tegucigalpa, para ser trasladado a República Dominicana en una acción completamente ilegal. Una vez en este país, se tramitó su extradición. Este hecho iba a provocar una respuesta inaudita en Tegucigalpa. Una protesta contra las injerencias extranjeras en el país acabaría con la quema del consulado norteamericano por ciudadanos furiosos y partidarios de Matta.
                                                   
A pesar de la extradición de este narcotraficante, las estructuras y contactos entre los cárteles de México y Colombia quedaron establecidas de manera definitiva, y la utilización de Honduras como puente entre ambos países se mantuvo. El gobierno de Estados Unidos sustituyó al quemado Matta por un nuevo socio estratégico para la actividad contrainsurgente en Honduras, el también señalado como narcotraficante Alan Hyde10. 

ZONAS DE NARCOTRÁFICO Y DESEMBARQUE EN HONDURAS



En Honduras existe una especie de Triángulo de las Bermudas, que comienza en la región de La Mosquitia, en la costa atlántica, conocida también como Gracias a Dios, frontera con Nicaragua; sigue hacia las Islas de la Bahía, en el Mar Caribe; y desciende a la frontera sur con Nicaragua, en la aduana de El Guasaule, en el sureño departamento de Choluteca.



Para el analista político Víctor Meza, del Centro de Documentación de Honduras, estas formas de esparcimiento, a escala nacional, no descartan la existencia de minicárteles de la droga, porque Honduras pasó de ser puente de los narcos, a constituirse en un depósito de estupefacientes.
Todos los países que se convierten en sitio de depósito, más temprano que tarde, ven surgir de minicárteles regionales o de grupos locales distribuidores de droga, que entran en competencia entre sí, por el control de territorios o por el acceso a fuentes distribuidoras de la  droga en grandes cantidades o al por mayor.



Uno de los puntos donde es más evidente la narcoactividad, es la región norte del país, sobre todo las Islas de la Bahía, una zona que se presta mucho para este tipo de actividad por ser un punto importante de confluencia turística, sin vigilancia policial. Gran parte del tráfico de droga, que viene por las rutas marítimas, desemboca en las Islas de la Bahía
El noventa por ciento de la flota pesquera hondureña está concentrada en Islas de la Bahía y regiones adyacentes. Muchos pescadores de mariscos y langostas han acostumbrado canjear parte de sus productos por droga que viene de Colombia, particularmente de la Isla de San Andrés. Las operaciones de canje de la droga se realizan en alta mar.


EN LA ACTUALIDAD 

En el norte del departamento de Morazán, en la región central, se registra, por cuestiones ecológicas, un
decaimiento de la actividad agrícola. Varios campesinos, por los bajos precios de los granos básicos y estimulados por narcotraficantes, optaron por realizar cultivos de marihuana en vez de maíz, arroz y frijol, los productos básicos que conforman la dieta alimentaria del hondureño.

En Cortés, Yoro, Comayagua, Colón y Olancho, con tierras fértiles, el cultivo de marihuana tiene fines estrictamente comerciales.
La Comisión Legislativa contra el Narcotráfico sostiene que los campesinos son inducidos a dedicarse al cultivo de marihuana, para obtener ingresos superiores a los generados por sus cultivos tradicionales, generalmente granos básicos.

Las autoridades hondureñas sospechan que, en alta mar, en el Océano Atlántico, hay trueque de droga por langosta y camarón. De tal manera que la droga es vendida en el mercado local, particularmente en las ciudades de San Pedro Sula, La Ceiba, Tela y Cortés, en la zona norte, donde opera el mayor flujo de turistas extranjeros, en su mayoría estadounidenses, en hoteles de cinco estrellas ubicados en las playas.
Las características geográficas del país, con costas en ambos océanos, extensas fronteras terrestres, la existencia de grandes zonas vírgenes y factores de carácter político y económico, así como los tratados de integración con América Central, propician este incremento del narcotráfico.
De acuerdo con el CEINCO, un centro de información de las Fuerzas Armadas, una de las zonas de trasiego de droga con características especiales es la región de La Mosquitia, donde la población, en su mayoría, apoya, participa y cubre esta actividad, dado los altos niveles de pobreza y falta de empleo.

FORMAS DE TRANSPORTE 
Las formas de transporte son generalmente mixtas, ya que la droga puede ser transportada desde América del Sur, especialmente Colombia; lanzada al mar, recogida en la playa por cómplices, transportada por medios fluviales o aéreos, para luego ser enviada por tierra a Guatemala o, por medios marítimos y aéreos, hacia Islas de la Bahía u otras partes de la región.
Algunos individuos de origen colombiano, sospechosos de ser narcotraficantes, están comprando propiedades en los departamentos de Gracias a Dios, Colón y en toda la zona del litoral atlántico hondureño.
Una vez establecidas en el sector, éstas personas de inmediato crean grandes redes de información, lo que les permite saber de inmediato la presencia de extraños o de autoridades en la zona.
Durante la pasada década, dados los conflictos internos en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, hubo una gran afluencia de tropas extranjeras a Honduras, hecho que estimuló el uso del territorio hondureño para el trasiego de drogas del sur al norte de América.
La incautación de drogas revela que hay una intensificación del uso del territorio hondureño para el trasiego de cocaína, ya que en los años anteriores el promedio no pasaba de mil kilos.


CAUSAS DEL NARCOTRÁFICO EN HONDURAS
El Narcotráfico es principal causa de que en Honduras exista un gran indice de delincuencia y criminalidad ademas de otros causas entre las que se encuentran la extrema pobreza y el desempleo; pero “hay un factor que no podemos nosotros excluir en este análisis y es el hecho de que el narcotráfico ha avanzado en forma realmente preocupante, espeluznante, en el país y en Centroamérica en general y particularmente en Guatemala y Honduras. Esto se debe fundamentalmente a un hecho internacional y es la política de los Estados Unidos que ha privilegiado a México y Colombia en su apoyo en la lucha contra el narcotráfico”.


La indiferencia con los países de Centroamérica se podría reducir a que el país del norte ha estimado que el avance del narcotráfico no era importante en Centroamérica y ahora se ha revelado que los índices de tráfico de avionetas, submarinos, lanchas rápidas, incluso por transporte terrestre para conducir la droga al norte, ya alcanzan niveles de proporciones extraordinarias.

EFECTOS DEL NARCOTRAFICO EN HONDURAS


En Honduras y muchos países esto produce cosas tales como la dependencia, lo que lleva a la delincuencia y también a financiar a las guerrillas. Las actitudes permisivas y fatalistas del pasado, han hecho posible que el problema de las drogas haya alcanzado las proporciones de epidemia con que nos enfrentamos en la actualidad. El enlace del actual problema de los narcotraficantes, va mas allá de la represión y de las cuestiones de salud pública, pues hace una amenaza para el orden económico y social en el mundo entero.



Las drogas producen adicción en toda la gente y también la perdida de hacer las cosas. Al ser uno dependiente de los narcóticos, los que trafican su droga generan más dinero, por lo que siguen traficando para ganar más dinero aún.

 Cuando alguien es drogodependiente, es necesario que tenga algún medio para obtener dinero (para satisfacer sus ganas), por lo que llegan a pagar gigantescas sumas de dinero para poder satisfacer sus necesidades. Cuando este no posee dinero, se vuelve más peligroso aun, debido a que es capaz hasta de matar por poder tener lo que quiere, la droga.
 Últimamente, el número de gente adicta a las drogas, ha aumentado. Para disminuir estos índices, se han hecho campañas preventivas, las que no son eficaces y son poco atractivas. Además es casi imposible que un adicto pueda dejar de consumir drogas por voluntad propia.

En la psicología humana, es normal querer conocer nuevas sensaciones, por lo que en variadas ocasiones, esa curiosidad, nos lleva a consumir las drogas. Esto ocurre normalmente en jóvenes menores de edad, a los que por naturaleza, nos gusta conocer cosas nuevas.

Según conocidos del tema, una de las formas de evitar el tráfico de drogas, sería legalizar los narcóticos, para evitar que los mafiosos generen fortunas de dinero en algo que está al alcance de cualquier persona. Además, a las drogas se le podría poner un impuesto agregado, así invirtiéndolas en centros de rehabilitación